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GUAITECAS Y EL CORCOVADO, PARAÍSOS PARA GRANDES CETÁCEOS

La comuna de Guaitecas se presenta como un lugar estratégico para la exploración y avistamientos de mamíferos marinos, particularmente las especies Balaenoptera musculus y Yubarta, es decir, la famosa “Ballena Azul” y la esplendorosa “Ballena Jorobada”.

Los animales más grandes de la tierra encuentran un refugio natural entre el Golfo Corcovado y los innumerables canales del archipiélago de las Guaitecas, siendo casi 300 ejemplares que se trasladan desde el sur en busca de krill y protección para sus crías. Esto debido a las condiciones naturales que presentan dicho punto geográfico y donde se almacena gran cantidad de alimento.

De esta forma, desde el extremo sur de la isla grande de Chiloé, internándose en el archipiélago austral de Guaitecas, siendo punto central el golfo Corcovado, se ha transformado en uno de los puntos con mayores avistamientos de ballenas del hemisferio sur.

Ante este nuevo escenario antiguos pescadores y la propia comunidad de Guaitecas y sus alrededores ven una oportunidad para desarrollar un emprendimiento turístico en cuanto a al avistamiento de estos gloriosos animales. Un ejemplo de esto es el caso de don Víctor Ruiz, que ya hace un par de años se dedica a trasladar a turistas y amantes de los cetáceos a observarlos en su habitad natural.

“Yo he tomado unos cursos para hacer turismo basado en avistamientos de ballenas, llevamos hartos años haciendo esto, de manera frecuente en el verano. Creo que este tipo de turismo en Melinka viene para quedarse y esperamos que más adelante llegue más gente y a futuro será un buen trabajo” comenta Víctor.

De igual forma, diversos agentes comunales y organizaciones internacionales han tomado el peso a esta oportunidad, tanto desde el punto de vista del fomento productivo como investigativo. Así, iniciativas como “Navegando Juntos Rumbo a La Conservación”, proyecto de innovación social financiado por Corfo, región de Aysén y presentado por la federación de pesadores de Guaitecas (Fepag), busca entregar alternativas a la problemática que presenta la pesca artesanal, generando actividades económicas en torno al turismo y la conservación, siendo los avistamientos de mamíferos y aves el núcleo central para el desarrollo de rutas turísticas.

Por su parte, organizaciones como fundación Meri y el Centro de Ballena Azul desde hace años ya llevan trabajando desde el área científica en la investigación y protección de estos animales, y generando diversas instancias de educación a la población y buscando estrategias para resguardar la seguridad tanto de los animales, como de los visitantes; generando material científico para su difusión y educación.

Caber destacar que la temporada de avistamiento de ballenas comienza en diciembre y finaliza en abril, periodo en que las ballenas regresan para alimentarse y cuidar a sus crías, estación ideal para turistas y veraneantes; además no sólo son estos grandes cetáceos los protagonistas de estas expediciones, también otros mamíferos marinos como el delfín austral y el delfín chileno, lobos de mar y diferentes especies de pingüinos y aves, son los que pueden apreciarse durante todo el año en nuestra Patagonia insular, además de su ya imponente flora.